SATHYA SAI BABA, UN EJEMPLO DE AMOR

«He venido a encender la lámpara del Amor en vuestros corazones, para ver que ella brille día a día con más esplendor. No he venido en beneficio de ninguna religión exclusiva. No he venido en ninguna misión de publicidad para cualquier sector, credo o causa; ni he venido a reunir seguidores para doctrina alguna. No tengo planes para atraer discípulos o devotos hacia mi rebaño o hacia algún otro rebaño. He venido a hablarles sobre esta Fe unitaria universal, este Principio Espiritual, este camino de Amor, esta virtud de Amor, este deber de Amor, esta obligación de Amar.»
Sathya Sai Baba

Sathya Sai Baba nació en Puttaparthi, una aldea del sur de India, el 23 de noviembre de 1926; en el mismo lugar donde dejó su cuerpo físico el 24 de abril de 2011. Fue y es un líder espiritual altamente reverenciado, cuya vida y mensaje han inspirando a millones de personas a través del mundo para que se tornen hacia Dios, llevando vidas llenas de propósito y moralidad. Sus enseñanzas universales y sin tiempo, unidas a la manera en que Él guió su propia vida, atraen a buscadores de la Verdad de todas las religiones. Sin embargo, Él no ha buscado iniciar una nueva religión, antes bien, ha urgido a sus seguidores a continuar en la religión de su elección y/o en la cual han sido educados, declarando que debemos transformarnos en mejores cristianos, judíos, musulmanes, budistas, etc. Bajo esta perspectiva ha inspirado a sus seguidores a vivir reconociendo la “unidad en la diversidad”.

Sathya Sai Baba declaró públicamente su misión en 1940, a la edad de 14 años. Desde ese momento exhibió diariamente, en términos prácticos y concretos, los más altos ideales de verdad, conducta recta, paz, amor y no violencia.

Fue considerado como un hombre de milagros, otros lo han reconocido como un gran sabio por el conocimiento que demostró en los temas más diversos. También, muchos, lo reconocen como una encarnación divina, por el infinito amor y compasión que manifestó, así como por su innegable trabajo en pro de la conducción del hombre a conseguir la más alta de las metas: responder a la pregunta ¿quién soy yo?

Cada día, durante los años en que estuvo encarnado, miles de peregrinos hacían el camino hacia Su ashram (lugar de retiro espiritual) Prashanti Nilayam, que significa “morada de la paz suprema”. Por más de 50 años, se presentó ante ellos para ofrecerles solaz e inspiración en el camino del hombre, que es la búsqueda de la Verdad, interactuando con todos en una relación de corazón a corazón. Siempre nos recordaba que entre Él y sus seguidores no existen intermediarios.

Actualmente en Su ashram, y desde Su partida, la energía y el reverente lugar donde descansa su cuerpo físico, continúan atrayendo diariamente a miles de buscadores espirituales.

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